jueves, 14 de enero de 2010

Otras memorias


El humo del cigarro temrina de festejar alrededor de mi cabeza, se lo dije. Iria a comprar uno de aquellos cancerigenos e inapartables productos. En cada calada regresarian esos fines de semana en medio de su jardin, rodeados del suculento ron asesino, cigarros, buena musica. Cada uno y asu vez haciendo de medicina momentanea para la depresion de aquellas epocas. Ahora me alegra haber estado tan hundido en en el tunel obscuro de la melancolia, me alegra tanto poder recordar esa etapa con una sonrisa y un cigarrillo,mirando el cielo de Cusco sin estrellas rosando gelido mis manos.

Salir corriendo en medio de la noche, dando saltos, gritando, buscando de tienda en tienda alguien que pudiera aplacar la furia inconciente del licor. Saber que nunca sera suficiente. Saber que la noche acabaria era el pretexto irrefutable para mantener aun en mi las ganas de seguir viviendo.


Termine de escribir esto escuchando:


Nada en lo Absoluto -_- Una sonrisa en tu mirada.

Los dias de lluvia que componen a una ciudad.

Existe un orden en este lugar que no desconocia pero que si habia olvidado dentro de mi estadia en la capital.
La palabra paradero precisamente cobra ese significado cuando nos referirmos al sitio como tal, es decir: lugar fijado para el embarque y desembarque de personas u objetos.
A diferencia de la capital en donde a mitad de calle, esquina o semaforo se convertian automaticamente en uno. Ya muchas veces mi inevitable y limiñesima forma de abordar y bajar de una combi han echo que la mayoria de pasajeros me vieran con desaprobacion y asombro. Al principio me parecia raro no poder bajar una cuadra antes habiendolo pedido con amabilidad, ahora comprendo enteramente que solo se trata de reglas de urbanidad que rigen el orden social de esta ciudad.
Todas las mañanas para ir al trabajo tomo la primera linea que pare. Todas al final me llevan a mi destino. Claro cada uno da mas vueltas que la otra y a la vez se toma su tiempo. A la gente no parece molestarle eso. Aqui todo transita tan lento que fascina y a veces llega a desesperar.
Los cusqueños avanzan en camara lenta, casi sin preocupaciones, sus rostros reflejan calma.
De regreso del trabajo escucho a los escolares increiblemente hablar de tareas, trabajos, familia y con muchisimo respeto de la chica que les gusta.
Sin negarlo puedo decir que hay muchas gotas de inocencia en sus personalidades.

Desde hace unos dias no ha parado de llover y granizar. La Pricesa Nube anda muy paranoica de un lado a otro pensando que la casa se va a inundar. Toda preocupada, exponiendo conjeturas imposibles solo hace que me enamore mas de ella. La idiosincracia europea ante una posible amenaza de desastre desquilibra mi personal forma de ver la situacion, es decir: Esta lloviendo, nadie lo puede evitar. La casa ha pasado por esta temporada muchos años y no se ha venido abajo, con tratar que las gotas no se filtren y logren malograr la pintura sera suficiente. Pues si, algo de desinteres y despreocupacion por mi parte. La temperatura ha decendido por lo menos 5 grados y lo unico que quiero es ir a mi cama y abrigarme con lo que encuentre.
Hoy aun se pueden escuchar las ultimas gotas de lluvia. Debo de ir a preparme el desayuno. No quiero despertar a la Princesa Nube.

Nada mas interesante y kafkiano que una noche al margen de la lluvia esperando ser iluminado por el relampago que estalla en medio del cielo de la ciudad magica.

Termine de escribir esto escuchando:

Fugazi -_- Waiting Room