lunes, 2 de noviembre de 2009

Bombardas japonesas, Lunahuana, mosquitos...
















Mi viaje a Chincha habia quedado descartado por ser yo el unico interesado en ir. La verdad qu ir solo no me importaba pero al decir verdad conosco la ciudad y como se mueve todo en dias de fiesta. A la Princesa Nube tampoco le parecia una buena idea que anduviera yo solo por ahi.





Mi plan destruido y yo con ganas de escapar un poco de Lima la horrible me junte con los amigos de toda la vida para salir juntos de la capital. Sin proponerlo llegamos hasta el sur chico del Peru: Cañete - Lunahuana. Un sitio que habia oido hablar hace muchos años cuando se puso de moda los deportes de aventura y el canotaje. Luego de unas horas de viaje y de llegar a un hotel en donde el dueño, Don Bieto, le faltaba poco para tratar de vendernos hasta el aire no nos quedo mas que armar alli las carpas. Comer algo antes de buscar fiesta y luego regresar a descansar.





Casi a las 11 pm llegamos a la plaza de armas para caminar un poco. Siguiendo el sonido de la musica nos internamos en una fiesta patronal dedicada a "San Martin de Porras". Al comienzo las personas nos veian con extrañes, mas aun cuand uno de mis amigos decidio salir a bailar. Felizmente con las horas fuimos aceptados y terminamos subidos en el escenario mandando saludos, abrazanado al vocalista y bebiendo con el.





Al intermedio los fuegos artificiales ( Bombardas japonesas segun me dijeron) adornaron el cielo a la vez que los espectadores disfrutaban del espectaculo. Yo sentia mucha nostalgia de estar con mis amigos en un viaje. Pensaba en tantas cosas del futuro, me extraia un lado sentimental de esos recuerdos que se comparan con los bellos momentos que vivi hace poco. Toda una conjucion de la melancolia.





Infaltable como siempre mi usual forma de adentrarme en un grupo y comenzar a beber con ellos e ir repitiendo esa accion por toda la fiesta. Una singular forma de hacer amigos.





Casi las 4 am regresamos a casa para terminar lo poco que nos quedaba de licor.





Por la mañana sin proponerlo ya nos estaba esperando el bus para llevarnos a hacer canotaje. Estar junto a mis amigos en un bote mientras el agua del rio nos empapaba y sacudia significo de verdad demasiado para mi.





No me puedo quejar Fangora llegue a casa con el color de la piel de un camaron y con la sensacion de haber hecho deporte por una semana entera. Con el cuerpo lleno de picaduras de mosquitos que doblan la hinchazon normal de una roncha cualquiera.





No importa todo eso realemnte ha valido la pena.










Termine de escribir esto escuchando:










Foofigthers -_- Generator.